Las consecuencias cuando lleva una incidencia o reporte a casa

Ser padres efectivos implica tener conocimiento de cómo responder en las diferentes etapas y experiencias que los hijos viven. En nuestro colegio, los estudiantes van desde bebés hasta los 14 años. Cuando los padres y maestros coinciden en la manera de educar, el niño o adolescente se siente seguro y validado. Percibe que para sus padres y maestros es valioso porque se interesan en su comportamiento, lo corrigen con amor, y puede confiar en ellos para resolver sus problemas o fallas.

Qué NO hacer:

Evitar REACCIONAR así:

  • Explotando: gritos, golpes, ofensas, humillaciones, amenazas, contarle a todo el mundo, hacer drama, dejarle de hablar, aplicar castigos excesivos o irracionales.
  • Implotando: no decir nada, dejar de hablarle, ocultar tu reacción.
  • Evadir: escapar de tu responsabilidad. Expresiones como: “Otra notificación…”, “No pasa nada, estás bien”, “Las maestras siempre quejándose”, “Ya no sé qué hacer contigo”.
  • Culpándote: manipular, hacerte la víctima, romper en llanto. Esto puede llevar al menor a mentir para que no sufras o hacerse la víctima para justificarse.
  • Sobreprotegerlo: defenderlo sin espacio para cuestionar su versión. Esto le impide desarrollar resiliencia y valerse por sí mismo.

Qué le demuestras con estas reacciones:

  • Que no puede confiar en ti, que no es capaz, que es un “hijo malo”.
  • Si no hay claridad ni consecuencias, el menor podría pensar que no tiene límites y puede hacer lo que quiera.
  • Puede desarrollar miedo a las incidencias, lo que lo lleva a mentir o manipular.
  • Puede odiar a las maestras por exponerlo, lo que afecta la confianza en los adultos que lo corrigen.

Cómo RESPONDER con una paternidad efectiva cuando se recibe una notificación o reporte:

  1. Reconocer: Observa la nota y di: “Vamos a platicar con calma”. Léela detenidamente y muestra interés. Si el niño empieza a hablar y a cambiar la versión, di: “Permíteme leer, ahorita juntos lo resolvemos”.
  2. Validar su sentir: Expresa: “Bien, ya lo leí. Ahora te escucho con atención”. Luego, haz preguntas como:
    • ¿Cómo te sientes?
    • ¿Qué aprendes de esta situación?
    • ¿Cómo puedes mejorar esto?
    • ¿Cómo crees que se siente la maestra cuando un alumno no hace lo correcto?
  3. Aconsejar: Todos cometemos errores. Las consecuencias son una oportunidad para aprender, reflexionar y cambiar.
  4. Respetar la autoridad: Di: “Esto lo aplicó una maestra, es una consecuencia por no haber actuado correctamente. El colegio tiene reglas para convertirte en una mejor persona”.
  5. Proponer la consecuencia: Dale la oportunidad de comprometerse. Di: “En el colegio ya hubo una consecuencia. Ahora, si tú fueras mamá/papá, ¿qué privilegio perderías en casa por no cumplir con tu responsabilidad en el colegio?”.
  6. Cuidar que la consecuencia cumpla con:
    • Respetuosa: sin dañar física ni emocionalmente.
    • Razonable: que no sea excesiva ni tajante.
    • Anticipada: que el menor sepa qué pasará si toma una decisión incorrecta.
    • Comprensible: que el menor pueda repetirla para demostrar que la entendió.

Los niños y adolescentes aprenden a:

  • Confiar en el amor de sus padres: Saben que siempre podrán acudir a ellos sin miedo.
  • Confiar en sí mismos: Desarrollar autonomía y voluntad para hacer lo correcto.
  • Perseverar: Salir adelante después de un fracaso y aprender de los errores.
  • Establecer límites: Respetar los límites propios y ajenos, y formar su identidad.
  • Superar la injusticia: Aprender a enfrentarse a problemas mayores en la vida adulta.

Dra. Zita Rivera 
Directora educativa del CSJ

Doctora en Educación Holista
Maestra en tanatología
Certificadora internacional en Mindfulness 

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