Las habilidades más importantes a desarrollar en la niñez

Los seres humanos aprendemos de 3 maneras, observando en nuestro contexto lo que hacen las demás personas para repetir; reflexionando sobre situaciones o conceptos aprendidos para de allí tomar decisiones e ir formando una idea o creencia; y por último atreviéndose a experimentar, hacer por cuenta propia para sentir u obtener un conocimiento o confirmación.

No es posible dar por hecho que todo lo que enseñamos a los hijos o a los alumnos lo harán y recordarán al pie de la letra. Ellos, de acuerdo a sus intereses y consciencia, tomarán parte de esa enseñanza y lo guardarán en su memoria para algún día recordar y usarlo. 

Los adultos no podemos controlar las decisiones que ellos tomarán, solo podemos darles herramientas o llevarlos a experimentar situaciones en un contexto seguro y protegido para que ellos aprendan para lograr las habilidades que necesitarán para afrontar y disfrutar la vida cuando no podamos estar allí para acompañarlos o protegerlos. 

Existen 4 habilidades esenciales a desarrollar en la niñez que los ayudarán a sobrellevar y salir airosos de cualquier situación que en su vida acontezca y que les permitirá fluir y lograr la ecuanimidad y por ende encontrar el camino de la felicidad.

La primera habilidad es la adaptación. A partir de ella se puede lograr el sentido de pertenencia para crecer en dos dimensiones, la personal y social. La dimensión personal permite que el niño se conozca a sí mismo, identificando como se siente, cómo comportarse y sentirse seguro para conocer a los demás, que puedan aprender a reconocer la señales que le indica el contexto para cuidarse a sí mismo y actuar sin recibir una instrucción. La dimensión social lo ayuda a saber cómo actuar con los demás, respetar la autoridad para tener el control de sí mismo, conocer los límites y posponer el placer ante una responsabilidad; lo ayuda a respetar los lineamientos y organizarse para cumplir lo que debe en tiempo y forma; les ayuda a ser disciplinados, tener pensamiento crítico y hábitos para lograr la automatización para hacer lo que debe sin ayuda.

La segunda habilidad es la autonomía que es vital para que desarrolle la tercera habilidad. Los adultos debemos alentar a los niños a ser productivos con sus tareas en casa y colegio, a cuidar su alimentación desde los modales y elección de la calidad de alimentos, tener orden de sus pertenencias y que pueda encontrarlas él mismo sin ayuda, saber arreglarse, que pueda combinar, quitar o poner y abrocharse. Y finalmente que sea autónomo para su higiene personal, lavarse manos y dientes, bañarse, revisarse las uñas y limpiarse los oídos.

Para la tercera habilidad es la responsabilidad. Dicha habilidad surge como consecuencia de conocimiento, pensamiento y motivación. Saber qué y cómo hacerlo sin que nadie me lo diga. Ser responsable implica estar educado para tomar decisiones, saber renunciar a todo lo que desea para hacer lo que debe y hacerse cargo de lo que siente al elegir.  La responsabilidad se logra siendo persistentes, asumir las consecuencias de lo hecho y aprender del error, no esperar a que otro le resuelva o pague por sus consecuencias. Los adultos debemos cuidar que no se presenten los dos grandes enemigos de esa habilidad que son la ley del menor esfuerzo y el principio del placer.

La cuarta habilidad es la autocompasión. Aquí es importante hacer una aclaración. Autoestima no es lo mismo que autocompasión. La estima es lo que pienso yo y otros de mí, es una comparación social. Algunos alumnos están sobreestimados y llegan a tener conductas arrogantes, egocéntricas o inmaduras porque en casa les han hecho creer que son mejores que otros, que merecen lo mejor sin haberlo procurado y que no necesitan hacer nada para merecer, por lo tanto si la estima no se regula entonces se comparan, compiten, mienten y no se sienten responsables si llegan a equivocarse. En cambio la autocompasión es el aprecio que tengo que mi mismo para entonces poderlo ofrecer a los demás. Inicia con la simpatía  que es ver lo que otro siente, luego la empatía que es ponerse en el lugar de otro y finalmente se aprende la compasión que es que puedo hacer por otro porque a mí también puede sucederme o ya me sucedió.  La autocompasión lleva a la unidad, saber que todos somos lo mismo y que somos valiosos.

Los adultos  que se encuentran en el contexto familiar o escolar de los niños pueden contribuir  al desarrollo de las 4 habilidades considerando lo siguiente:

  • Dejar de creer que porque son pequeños no pueden.
  • Ser intolerantes o impacientes con sus errores y entonces quererlo hacer por ellos.
  • Evitar tener pena o vergüenza porque no logre algo que se propone.
  • Compararlo con otros niños de su edad.
  • Perdonar o justificar que no haga lo que debe,
  • Agotarse queriendo ser un excelente padre, madre o maestro y ayudarlos en todo.
  • Esperar a que todo mundo los trate como nosotros los tratamos.
  • Quererlo defender por todo y no incomodarlo.

 Cuando un niño no logra estas  habilidades antes de los 12 años de edad están vulnerables ante el mundo,   serán adultos temerosos,   victímas o victimarios,  incapaces de afrotar la adversidad   que la vida   presente  y   de ser responsables de sus decisiones.

Las  personas sin estas habilidades se frustran y fracasan en sus sueños  y  viven resentidos  con la sociedad.

Consulta la videoconferencia de la Dra. Zita Rivera explicando este mismo tema.

Dra. Zita Rivera 

Directora educativa del CSJ 

3 Comments:

  • Dalia Vázquez / Responder

    Exelente información, muchas gracias Dra🙏💙

  • María Carlon / Responder

    Gracias por la información dra. es de gran ayuda para nosotros.

  • Rocío Margarita Martínez Cano / Responder

    Sin duda es información muy valiosa, gracias por compartirla con nosotros para así saber emplearla con nuestros hijos, y de igual manera enseñarla a ellos. Gracias

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