Todos compartimos la experiencia del divorcio, padres, hijos y colegio.

Divorcio, padres, hijos y colegio.

Todos, quienes formamos el contexto donde crece y se desarrolla un niño, le estamos brindando conceptos, apoyo, guía y elementos que tomará para formar su carácter y temperamento y de allí lograr su personalidad. 

Existen muchos retos que afronta durante su niñez, pero existe una pérdida significativa que los marca para siempre y es el divorcio o separación de sus padres. Es tan importante porque representa la estructura nuclear que lo hace sentirse seguro y protegido.  

Los niños que viven un divorcio inician un proceso de duelo donde deben ser guiados y estar acompañados. La familia, maestros y compañeros forman su red de apoyo y es preciso que tomemos en cuenta estos aspectos para conocerlo y contenerlo en su proceso. 

 ¿Qué sienten los hijos y cómo se comportan en el ambiente familiar?

  • Se distancian de alguno de los padres o de sus familiares, quiere estar solo o no hablar. 
  • Su temperamento se torna colérico o melancólico. 
  • Muestra hiperactividad o desgane por ciertas actividades. 
  • Tristeza y ansiedad. 
  • Su emotividad es negativa y su conduce con oposición. 
  • Muestra desatención y desinterés en algo que le gustaba. 
  • Tiende a la intolerancia, miedos irracionales. 
  • Evita hablar de la separación de sus padres. 
  • Presenta trastornos de alimentación. 
  • Insomnio y pesadillas constantes.

¿Qué sucede en el ámbito escolar? ¿Cómo darnos cuenta que el duelo del divorcio está siendo crónico? 

  • No alcanza el desempeño esperado, porque no pone atención, no tiene motivación o muestra desinterés. 
  • No quiere cumplir sus tareas. 
  • No desea asistir a clases. 
  • Muestra agresividad con sus compañeros y maestros. 
  • Tiene accesos de cólera o rabietas, llanto repentino y terquedad. 
  • Tiene fatiga o sueño. 
  • Falta de interés por participar u opinar. 
  • Expresa fantasías a sus pares. 
  • Muestra conducta desafiante con la autoridad escolar. 

Como padres ¿qué debemos recordar SI HACER?: 

  • Dar seguridad, que no sientan que los abandonas. 
  • Cumplir lo que prometes. 
  • Ser impecable con tus palabras para que pueda confiar. 
  • Hablar positivo que en un tiempo todo estará mejor. 
  • Mantener la disciplina: reglas claras y firmes. 
  • Amor incondicional. 
  • Dar ejemplos de superación. 
  • Ser feliz y desea a tu ex pareja que también lo sea. 
  • Permitir que conviva con la familia de la expareja.

Por el bien de los hijos ¿qué NO HACER?: 

  • Usarlos como mensajeros. 
  • Dar demasiada información sobre tu experiencia y sentir por el divorcio. 
  • Pedir que elijan al favorito (papá o mamá), no preguntar a quién quieren más. 
  • Convertirse en tus amigos o confidentes. 
  • Hacerlos culpables. 
  • Obligar o inducir a testificar en contra de su padre/madre 
  • Ceder a chantajes o comprarlos con detalles. 
  • Expresarse mal de tu ex pareja ni de su familia. 
  • Relajar la disciplina para ser “buen padre/madre”. 
  • Formar alianzas con uno de ellos. 
  • Subestimar o ridiculizar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor. 
  • Incentivar o premiar la conducta despectiva y de rechazo hacia el otro progenitor. 
  • Influir en los niños con mentiras sobre el otro progenitor. 
  • Desvalorizar e insultar al otro progenitor en presencia del hijo. 
  • Tener conductas suicidas o mencionar que te quieres morir por el divorcio. 

Lavar el cerebro de un niño y demostrar que no puedes superar el divorcio los marca para siempre y estás implantando un sufrimiento que por su edad no puede gestionar. Los adultos debemos actuar con madurez y responsabilidad y superar nuestras experiencias dolorosas para que ellos vean como sales adelante siendo una mejor persona porque algún día crecerán y se darán cuenta de lo que le hicieron vivir. 

Es importante que todos quienes participamos en su contexto estemos conscientes de las muestras que expresa durante su duelo para ayudar a superarlo y no detonar y estancarlo en mayor sufrimiento. 

Los padres y maestros debemos acompañarlo y recordarle que el tiempo acomodará las cosas para recuperar la estabilidad, que el divorcio es de sus padres, él sigue teniendo una familia y también personas que lo pueden ayudar y comprender. Que es una experiencia de vida para ser resiliente, que se supera y se recupera la alegría y las ganas de vivir y seguir adelante, que volverá a disfrutar la vida.

Dra. Zita Rivera 
Directora educativa del CSJ

Doctora en Educación Holista
Maestra en tanatología
Certificadora internacional en Mindfulness 
 

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